NUEVOS RUMBOS EN LA
DOCUMENTACIÓN DE LO REAL
Por el prof. Jorge Falcone
Mucho
nos agrada poder incorporar a nuestro blog una nota de un documentalista y
estudioso de los medios de comunicación audiovisual, como es Jorge Falcone.
Esperamos poder seguir contando con su firma.
Si la Patria ha cumplido 200
años, el cine documental acusa aproximadamente la mitad.
Durante muchos
años, este singular abordaje audiovisual que se ocupa de la díscola materia de
la realidad, en cuanto a afluencia de público y fomento a su producción ocupó
el sitial de “Patito Feo” del Séptimo Arte. Hasta que surgieron los primeros
maestros y filmes-escuela: Flaherty y Nanook El Esquimal, Joris Ivens y Tierra
de España, Raymundo Gleyzer y Méjico, la Revolución Congelada…
En 1958 el humilde
carácter del holandés Bert Häanstra se vio conmovido por el 1er Óscar de la Academia otorgado a un
filme documental: Su obra “Vidrio”, que homenajea a los artesanos sopladores de
cristal emulando una sesión de jazz hace honor a la definición que se atribuye
al sociólogo escocés John Grierson, quien caracterizó a nuestra profesión como un
“tratamiento creativo de la realidad”.
El nuestro es un
país con una vasta tradición documental, que para muchos especialistas halla un
hito fundacional en la inauguración de la Escuela de Cine del Litoral santafesino, cuyo
mentor, el Maestro Fernando Birri, importó la mirada neorrealista desde la Roma de posguerra a nuestra
pampa gringa.
Hacia la crisis de
2001, salvo honrosas excepciones, el documental - sujeto a la convención de
busto parlante, y locución en off
sobre imágenes de archivo - aparecía ante el público joven como el ejemplo más
palmario de un cine aburrido.
Entonces se produjo una auspiciosa confluencia de
factores que enamoró a una nueva generación con este tipo de cine. Un pueblo
movilizado pisoteaba el Estado de Sitio superando así las últimas secuelas del
terrorismo ideológico y revalorizando la política y la historia, mientras
irrumpía en el mercado una tecnología accesible y dúctil que propiciaría un
escenario de cámaras alertas: El asesinato del Presidente Kennedy se registró
desde un único punto de vista y aún sigue impune. Sesenta años después, el de
los piqueteros Kosteki y Santillán fue plasmado en incontables registros, que
posibilitaron, a la fecha, meter preso por lo menos al ejecutor material de ese
crimen.
Qué ha sido pues de
este tipo de cine desde que registrar “La salida de los obreros de la fábrica”
se intuyó diferente a inventar “Un viaje al imposible”?
·
Por lo pronto se derrumbaron los
compartimentos estancos que separaban documental de ficción: Un ficcionalista
como Pablo Trapero se permite incrustar a su actriz de cabecera en medio de una
población carcelaria real y sujeta a escasas consignas, y un documentalista como
Michael Moore no elude ni el paso de comedia, ni el video-clip, ni la
animación. Es más, con su película “Vals con Bashir” el israelí Ari Folman
inaugura la categoría de animación documental.
·
El yo del documentalista va apareciendo
desprejuiciadamente en cada vez más obras.
·
La miniaturización creciente de los equipos
de registro propicia climas narrativos de gran intimidad.
Tal vez nuestro
mayor dilema sea repensar el rol del documentalista ante un escenario en que
todos somos potenciales corresponsales, y lo privado irrumpe en la esfera
pública con gran potencia. Ahora que una quinceañera presenta en sociedad el
periplo audiovisual que va de su primera ecografía hasta la llegada en limusina
al salón de fiestas. Una pareja interrumpe el acto sexual para corregir el
encuadre y colgar luego su intimidad en youtube.
Un curso comercializa en el colegio el registro en celular del linchamiento a
la estudiante más bonita… Acaso nuestra función consista en dar la batalla por
el sentido de las imágenes circulantes, generalmente arrebatado por un poder
global que no deja de alienarnos. Quizás este presente nos esté imponiendo seguir
los pasos de Guamán Poma de Ayala convirtiéndonos en cronistas de un siglo
nuevo. Al rescate de verdades tan antiguas como el hombre.-
Prof. Jorge Falcone (IDAC, 1992)
Miembro fundador del
Movimiento de Documentalistas
Docente de la Universidad de Palermo
Guionista del canal
estatal Tec TV
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